lunes, 4 de noviembre de 2013

Tesler: genio del mal?

También conocido como Copy Paste, esta legendaria técnica nos permite copiar y pegar palabras, frases o párrafos enteros de un documento a otro. Lo hacemos con tanta frecuencia que lo damos por sentado, pero, ¿se pueden imaginar un mundo sin poder copiar y pegar?, no es fácil hacerlo, tendríamos que ocupar mucho tiempo transcribiendo y memorizando.
Tenemos que agradecerle a Larry Tesler, el científico informático al que la historia reconoce como el inventor del “copiar y pegar”. Tesler era uno de los genios informáticos de Xerox PARC, en la década de los 70, una época en la que las computadoras hogareñas eran tan sólo una idea experimental que muchos creían que no llegaría a ningún lado. (De hecho, Xerox PARC puso en marcha varias ideas que muchos suponen que Steve Jobs y el primer equipo de Apple “robaron” después de una visita en 1979).
Tesler trabajó en la programación del sistema Smalltalk-76 entre 1973 y 1976 y fue precisamente en este proyecto en el que puso en funcionamiento el método de capturar textos en la memoria interna de una computadora, por ejemplo, “cortar”/ “copiar” y posteriormente “pegar”. El método se inspiró en el antiguo concepto de edición de manuscritos, cuando se debía literalmente cortar con unas tijeras las palabras de una hoja y pegarlas en otro lugar.
Aparte de esto: cuanto daño ha hecho el copy paste al pensamiento original? Cuanto plagio y pereza ha provocado? De momento la mía: los tres primeros párrafos de esta entrada están copypasteados de 
Postdata: que maravilla debió ser el Xerox PARC en los setenta y que idiotas los directivos de Xerox, que pudiendo ser Microsoft y Apple todo en una, la dejaron en una empresa de fotocopiadoras.

viernes, 25 de octubre de 2013

Un dragón en el garaje

Ayer me vino a ver un tipo perfectamente trajeado y me dice:
-Tengo un dragón en mi garaje, me gustaría que, como científico, vinieras a verlo.
Anda que guay! Parque Jurásico en directo! Esto hay que verlo. Y hacia allí nos dirigimos.
Al llegar, hace un vago movimiento con la mano y me dice: ahí está. Yo no veo nada, excepto cajas de cartón y unas estanterías, y se lo digo. Me contesta que es invisible, pero que ahí está. Yo propongo tirar harina por el suelo y así podremos ver las pisadas. No, resulta que flota en el aire y no deja huellas. Entonces, con un spray de pintura roja rocío el garaje y se verá. No, es incorpóreo. Mmmm, ya sé, con un sensor de infrarrojos veré la huella térmica de su fuego. No, el fuego que emite es frío, aunque quema, y como prueba me enseña una quemadura en su mano (probablemente hecha con un mechero). Y así, para cada prueba experimental que propongo me da una explicación ad-hoc de porque no se detecta su existencia. Y dice: como no puedes probar que no está ahí, el dragón existe, yo se que está ahí porque tengo fe.
Sustituye la palabra dragón por dios y toma tus propias conclusiones.
Gracias a Carl Sagan por el argumento

Ramdomcracia

Mi propuesta: sustituir a los políticos (al menos a los españoles) por un programa informático que tome decisiones al azar. Esto representaría, de promedio, un 50% de decisiones acertadas, lo cual es mucho más que la media de acierto de nuestra clase política. Opiniones?
Edito: mi amigo el matemático indica que las decisiones correctas quedarían compensadas por las erróneas, de manera que el acierto global seria del 0%. Aún así, representa una clara mejora con respecto a lo que ocurre actualmente, con lo que no se invalida mi argumento.
A la hoguera con los políticos! Randomizemos la democracia!

Una buena obra

Ayer paseaba por la orilla del mar. Llevaba un paracetamol de 500mg en el bolsillo, y de repente tuve un flash: iba a convertirme en uno de los mayores benefactores de la historia de la humanidad. Ni corto ni perezoso cogí el paracetamol y, no sin cierta emoción por lo histórico del momento, lo lancé con energía al mar. Y ya está. En ese momento, creé un poderoso remedio homeopático de grado 12C, que en apenas unos meses estará repartido por el agua potable de todo el mundo. Se acabó el dolor de cabeza en todo el mundo!
Y, como efecto secundario, un aumento de la natalidad. Quizás también debería haber lanzado una píldora anticonceptiva.

jueves, 3 de octubre de 2013

CAPTCHA o CAPTCAA?

CAPTCHA: Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart.
Pues yo no debo ser humano, en vista de mi incapacidad en resolver muchos de los captchas que pululan por internet. Y si no me creéis, mirad lo que aparece por ahí:





Por lo tanto, propongo llamarlos CAPTCAA: Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Aliens Apart. Si aciertas alguno de los anteriores, es que eres un alien (o, al menos, un Sheldon)

miércoles, 2 de octubre de 2013

Prueba Voight-Kampff

Recordáis Blade Runner? Para distinguir humanos de replicantes usaban el test de Voight-Kampff, los androides no lo pasaban por ser poco empáticos. Básicamente, serviría (caso de existir), para encontrar psicópatas infiltrados en la sociedad, fingiendo ser humanos pero tomando decisiones incómodas pero necesarias sin ningún reparo. A que os suena esto? Suena a políticos de alto nivel, banqueros, secretarios generales de educación, presidentes de comunidades autónomas haciendo puntos, etc.
Propuesta: realizar un test Voight-Kampff a todos los aspirantes a cargos con responsabilidad pública o económica. Y quien no lo pase, pues hala, como a los replicantes.

El ojo de Bauzá

martes, 18 de junio de 2013

En cambio, los robots no son estúpidos (según Asimov)

  1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.
Estas son las tres leyes de la robótica, enunciadas por Asimov en 1942.Veamos la primera ley. Básicamente, es un seguro contra la maldad y contra la estupidez. Si prohíbes hacer daño (tanto voluntaria como involuntariamente), no puedes cometer acciones estúpidas que perjudiquen a los semejantes o a uno mismo. El problema está en como implementar la orden. Una acción directa es fácil de clasificar como positiva, malvada o estúpida. Lo difícil es considerar las acciones a largo o medio plazo. Una acción aparentemente positiva puede pasar a ser estúpida a medio plazo. Como en una partida de ajedrez, es muy difícil prever el resultado de una acción. Los humanos más patéticos son los que intentan ser malvados (obteniendo beneficios con perjuicio de los demás) y acaban siendo estúpidos (haciendo daño a los demás sin conseguir nada a cambio). Se os ocurre alguien? Tal vez algún aspirante a político? Algún secretario general? Necesitarían un robot para corregir su conducta. O un electroshock.